Las apuestas inútiles
Juan y Pedro eran muy aficionados a apostar, feo vicio, del que quiso corregirles un amigo suyo, preparándoles la siguiente broma. Les mostró una tarjeta, dejándoles leer una de sus caras, donde se veía escrita la frase:
"Al dorso de esta tarjeta hay escrita una mentira"
-¿Crees tú que esto que dice aquí es cierto?- Le preguntó a Juan.
-Sin duda ninguna- Le contestó.
-Yo creo precisamente lo contrario- comentó Pedro. -Sospecho que nos está preparando alguna trampa y que lo que estamos leyendo es mentira.
-Te apuesto lo que quieras a que lo que hemos leído es verdad- insistió Juan.
-Y yo acepto la apuesta, y sostengo que es mentira- concluyó Pedro.
El amigo mostró entonces el otro lado de la tarjeta, y dejó a Juan y Pedro entregados en discusiones. Estas discusiones no han terminado todavía, porque el dorso de la tarjeta... repetía exactamente la misma frase que acababan de leer:
"Al dorso de esta tarjeta hay escrita una mentira"
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