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  ACERVO POPULAR
 

Ecología y Medio Ambiente
Indicadores ambientales,
un acervo popular

Las actuales generaciones hemos heredado de nuestros ancestros, una serie de experiencias, que son el fruto de pacientes observaciones realizadas por el hombre desde tiempos remotos.

Algunos de esos conocimientos se mantienen en el dominio popular, formando parte de nuestro acervo cultural. El hombre común, el hombre de barrio, aquel que se crió en la campaña o el que aún vive en ella; siguiendo el legado oral que recibió de sus mayores, interpreta ciertas manifestaciones de la naturaleza, como verdaderas señales que vaticinan próximos eventos que en general se relacionan con el estado del tiempo.

La luna y el tiempo
La mayor parte de estas señales, están vinculadas a las posibilidades de ocurrencia de precipitaciones. Una muy utilizada, es la observación del estado del tiempo en el momento en que se inicia la luna nueva. La tradición oral señala que si durante el inicio de esta fase, ocurren precipitaciones, el resto del mes lunar será abundante en lluvias. Sin embargo, si en ese momento no se producen precipitaciones, las lluvias serán escasas o nulas.

Otra tradición considera que si al atardecer el cielo presenta nubarrones, la salida de luna llena, disipará la tormenta y se esfumarán las posibilidades de llover.

Asimismo se afirma, que si el cielo está encapotado, pero la lluvia se demora en iniciarse, ella se descargará en el momento de entrada de la luna.

Otro atributo concedido a la luna llena, es el de estar directamente relacionada a la ocurrencia de las noches más frías y las heladas más grandes.

La dirección del viento
En nuestro país, sur de Brasil y en las vecinas provincias argentinas de Entre Ríos y Corrientes, el viento Norte constituye un indicador de lluvias que ocurrirán en días venideros. La sabiduría campera expresa que al tercer día consecutivo con viento de esta dirección, comenzará a llover.

Pero si viene soplando del Norte y de pronto el viento cambia y comienza a soplar aire fresco de la dirección Sur, se oye decir "cambió el viento, ya no va a llover"; es casi seguro que las lluvias no van a ocurrir.

De la misma manera, al viento del Este, se le atribuye la condición de anunciar lluvias, la temperatura aumenta y el tiempo se pone pesado. En tales circunstancias es común oír decir: "viento del Este, lluvia como peste". Sin embargo vientos del Sur o el del Sur Oeste, limpian los cielos y hacen bajar la temperatura.

Cuando venimos transitando un período lluvioso y de pronto el tiempo al atardecer o primeras horas de la noche se compone, es seguro que estamos frente a una mejora pasajera, pues a los dos o tres días, nuevamente estará lloviendo.

Si estamos en invierno y sobre el terreno que aún conserva el barro de las recientes lluvias, se produce una helada, ello es señal que las lluvias regresarán en dos o tres días.

Otra señal de lluvia se basa en la observación de las vertientes temporarias que suelen haber en las partes altas del paisaje; estas en tiempos normales, se muestran inactivas, pero cuando en torno a ellas, la tierra se humedece y comienza a verter agua, se interpreta como señal de mal tiempo. La expresión popular dice: "reventaron las vertientes, va a llover".

Indicadores biológicos
Existen también los denominados indicadores biológicos. Uno de ellos, es la hormiga colorada chica. Cuando en la puerta de sus galerías, estas se movilizan construyendo conos de tierra, es señal que vendrán abundantes lluvias.

Muchos automovilistas, ciertos días del año pueden encontrarse con un inusitado número de grandes arañas negras ("ñandú guazú" en guaraní), cruzando la rutas y caminos de campaña. En esos días, también se las observa a campo abierto e incluso en los aledaños de las ciudades. Tal movimiento es considerado un indicador de la ocurrencia de precipitaciones en los próximas jornadas.

Otra concordancia interesante es la que existe entre el canto nocturno de los gallos y la presencia de cerrazón en el próximo amanecer. Estas aves no suelen cantar por las noches, pero si lo hacen, amanecerá con cerrazón. ¿Qué relación existe entre una cosa y otra? - se preguntará el lector; Lo mismo se pregunta el paisano, pero lo cierto es que la relación existe.

Durante los días de viento Norte, es observable una mayor presencia de ofidios. Estos, por alguna razón se movilizan, por lo cual en campaña los padres advierten a su hijos que cuando anden por los campos chacras, tengan cuidado con las temibles yararás.

La actual tendencia de concentrarnos en ciudades, nos aleja de la Naturaleza, nos hace olvidar los conocimientos de ella adquiridos y nos quita la posibilidad de continuar con este proceso de observación y aprendizaje de sus manifestaciones.

Aún cuando en nuestro país, en los recintos universitarios, se suele no dar crédito a estas tradiciones, en el área ambiental se ha comenzado a prestarles atención, iniciándose un proceso de registro de este acervo popular. 


Juan Carlos Palacios 

EXTRAIDO DE:http://www.uruguayinforme.com/news/15072005/15072005palacios.htm

 
   
 
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